A las 4 de la madrugada del 7 de octubre de 1858, el último emperador mogol abandonó Delhi en un carro tirado por bueyes. Habían pasado 332 años desde que Babur, fundador de la dinastía, conquistó la ciudad. Aquel día, al amparo de la oscuridad, su descendiente Zafar se marchó forzado al exilio en Rangún, Birmania.
Esta fue la pena que la compañía de las Indias Orientales le impuso al considerarlo responsable de la rebelión de 1857, y supuso el fin del Imperio mogol. William Dalrymple cuenta esto, y más, en El último mogol. El ocaso de los emperadores de la India 1857, publicado por Desperta Ferro.
Cualquier título y subtítulo difícilmente puede capturar la totalidad de esta obra del autor escocés, que ya nos cautivó con La anarquía. El último mogol es la historia de cómo Bahadur Shah II, conocido como Zafar, perdió su trono, de cómo cayó su imperio y de cómo el motín de los cipayos acabó en una rebelión que afectó a buena parte de la India.
William Dalrymple se aproxima a los hechos a través de los ojos de diferentes protagonistas como si de una novela se tratase. No sólo es un recurso narrativo original, sino que está perfectamente hilado con una de las ideas centrales de El último mogol: la rebelión no tuvo una sola causa ni frente unido y, a lo largo de los meses que duró, los intereses de los diferentes grupos rebeldes discurrieron en paralelo, unas veces chocando y otras convergiendo.
El autor centra las páginas de El último mogol en lo ocurrido en Delhi y apenas menciona, salvo cuando es importante para la ciudad del trono imperial, lo que ocurre en otros frentes. Como el propio Dalrymple deja claro en las primeras páginas, no es una biografía de Zafar, una historia completa sobre la rebelión ni sobre el ocaso de la dinastía mogola, sino una mezcla de todo ello que otorga al libro un enfoque único y fascinante.
Durante las primeras cien páginas de El último mogol, el autor nos ofrece un resumen de la situación previa a la rebelión. Poco a poco, conforme explica el contexto histórico, Dalrymple va dejando notas sobre las tensiones sociales, políticas y culturales y cómo fueron aumentando en una India cada vez más férreamente controlada por la compañía.
Aunque no sea una biografía sobre Zafar, a lo largo de las páginas de El último mogol entendemos quién fue y qué supuso para Delhi y para los indios musulmanes. Con el rey poeta llegó un renacimiento cultural mogol e, irónicamente, el fin de lo que quedaba del Imperio. Como expone Dalrymple, su poder real era débil y no todas las partes de la India, a pesar de tener poco o ningún aprecio por los británicos, quería un resurgimiento mogol.
Conforme avanzan los capítulos, vemos cómo las diferentes perspectivas que comentábamos empiezan a conectarse, las piezas del puzle encajan y entendemos con claridad los múltiples motivos que causaron la rebelión y cómo convergió en Delhi. Lejos de resultar confuso, es un libro que cobra más sentido conforme más se lee, y va acompañado de un dramatis personae para subsanar cualquier confusión que podamos tener.
Además de la crónica de los hechos, Dalrymple también le dedica espacio a cuestiones como la legalidad de la situación. ¿Tenía potestad la compañía para juzgar a Zafar, siquiera para considerar a nadie rebelde y acusarlo de traición? Son preguntas muy interesantes que incluso en la época dieron quebraderos de cabeza los británicos y el juicio a Zafar, tal y como explica Dalrymple, está repleto de problemáticas jurídicas fascinantes.
El último mogol es una lectura accesible para todo tipo de público gracias a la sencillez con la que escribe el autor y su gran ritmo narrativo, perfectamente reflejado por la traducción de Victoria Eugenia Gordo del Rey. A pesar de no ser un libro complejo, y de dedicar espacio a introducir el contexto histórico previo, es recomendable tener un buen sustrato de conocimiento sobre la India del periodo, y pocos libros mejores para ello que el ya citado La anarquía.
William Dalrymple ha sido capaz de reflejar las complejidades de la rebelión de la India de 1857 de manera sencilla, con una perspectiva original y un ritmo cautivador. La ciudad de Delhi cobra vida en las páginas de El último mogol, tanto que podemos sentir cómo murió bajo el estruendo de la guerra en aquellos fatídicos meses de 1857.
William Dalrymple es un historiador, historiador del arte y escritor escocés. Ha dedicado su carrera al estudio de la India, en concreto a la política, sociedad y cultura de la época mogola y sus relaciones con Gran Bretaña y la Compañía de las Indias Orientales. Además de una prolífica carrera en la historiografía y la literatura, con obras como El regreso de un rey, ha guionizado series de televisión e incluso ha editado el CD The Rough Guide of Sufi Music.
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