El centro espacial de Jiuquan (JSLC o 酒泉卫星发射中心) es uno de los cuatro centros de lanzamiento que tiene China. Situado en la región de Mongolia Interior, es conocido por los lanzamientos tripulados de las naves Shenzhou. En los últimos años, ha sufrido una serie de cambios para expandir sus operaciones, como en el resto de centros espaciales del país. Efectivamente, además de las dos rampas de lanzamiento dedicadas a cohetes Larga Marcha (CZ-2F, CZ-2C, CZ-2D, CZ-4B y CZ-4C) del gigante estatal CASC, denominadas SLS-1 y SLS-2 —también conocidas como complejos 921 (LC-43/91) y 603 (LC-43/94), respectivamente—, que se hallan junto al gran edificio de ensamblaje vertical que solemos asociar con este centro espacial, recientemente se han construido nuevas rampas fuera del recinto tradicional del centro espacial de Jiuquan. Hace unos años se construyeron las rampas 95A y 95B, situadas a unos cinco kilómetros del complejo principal SLS-1/2, para lanzamientos de pequeños cohetes comerciales de combustible sólido que pueden ser transportados mediante TEL (Transporter Erector Launcher), como son los Kuaizhou 1 (KZ-1), Hyperbola 1 (SQX-1), Ceres 1, OS-M1 o Jielong 1.

Además, en 2019 el gigante aeroespacial CASIC finalizó un complejo de ensamblaje y lanzamiento a unos 16 kilómetros al suroeste del centro principal. Para los que no conozcan el intrincado mundo del programa espacial chino, CASIC y CASC pueden parecer lo mismo, pero en realidad se trata de dos corporaciones estatales diferentes en pie de igualdad. Mientras CASC (China Aerospace Science and Technology Corporation, 中国航天科技集团有限公司) es la corporación a cargo de la inmensa mayoría de actividades espaciales —construcción de cohetes Larga Marcha (a través de CALT), satélites gubernamentales, naves tripuladas, etc.—, CASIC (China Aerospace Science and Industry Corporation, 中国航天科工集团有限公司) apenas tiene presencia en el mundo espacial, pero es un contratista clave para los militares. Sin embargo, desde hace un tiempo, CASIC quiere introducirse en el sector espacial de lleno y cuenta con una serie de ambiciosos planes para desarrollar desde satélites a lanzadores propios. Eso sí, los lanzadores de CASIC están por el momento muy lejos de la familia Larga Marcha de CALT/CASC. Su principal lanzador ha sido el Kuaizhou 1 y su variante Kuaizhou 1A (快舟一号/KZ-1 y (快舟一号甲/KZ-1A), basado en el misil de alcance medio DF-21 y que ha sido lanzado en 14 ocasiones entre 2012 y 2021.

De hecho, en 2019 CASIC lanzó dos KZ-1A desde Taiyuan con menos de un día de diferencia. No obstante, en 2020 y 2021 este lanzador sufrió sendos fallos y, desde entonces, no ha vuelto a volar. Pero CASIC quiere que los Kuaizhou despeguen con más frecuencia y en 2019 completó un complejo de integración y lanzamiento en Jiuquan, situado a unos 16 kilómetros de las instalaciones de CASC. Este nuevo centro de lanzamiento debía estar dedicado principalmente al Kuaizhou 11 (快舟十一号), un lanzador de combustible sólido basado en el misil intercontinental DF-31 y que se oferta en el mercado, al igual que los Kuaizhou, a través de la empresa subsidiaria de CASIC Expace. Mientras que los Kuaizhou 1 y 1A pueden colocar unos 200 kg en una órbita polar, el Kuaizhou 11 es capaz de situar una tonelada en este tipo de órbita, lo que no está nada mal para un microlanzador. Lamentablemente, la primera misión de este vector en 2020 fue un fracaso. Por ahora, las nuevas instalaciones de Jiuquan no se han usado, aunque estaba previsto que despegasen más Kuaizhou el año pasado. Nadie sabía lo que había sucedido con estos lanzadores, pero hace poco Harry Stranger publicó en Twitter unas imágenes del centro de Jiuquan tomadas por satélites Pléiades en las que se podría ver claramente que el centro de lanzamiento de los Kuaizhu había sufrido una gran explosión entre el 10 y el 17 de octubre de 2021.




¿Qué ha pasado? Oficialmente, no se sabe nada, aunque todo indica que un cohete explotó en la nueva rampa de Jiuquan el año pasado. O quizá se trató de una explosión sufrida durante alguna prueba de motores de combustible sólido, ya que no está claro que el nuevo edificio de integración sirva también como rampa (a pesar de que esta opción es la más probable). Sea cual sea la causa, el caso es que parte del hangar móvil sufrieron importantes daños. En definitiva, un nuevo revés para CASIC y sus Kuaizhou. Está claro que al rival de CASC los proyectos espaciales se les están resistiendo más de lo esperado.
The gif below shows the cleanup of the site over the last several months. pic.twitter.com/EETpsCQgl5
— Harry Stranger (@Harry__Stranger) June 10, 2022
Por otro lado, estas instalaciones no son las únicas nuevas en Jiuquan. La empresa privada LandSpace (蓝箭航天) construyó entre 2020 y 2021 un relevante centro de integración junto con una rampa de lanzamiento cercana. Este nuevo complejo estará dedicado a los cohetes Zhuque 2 (ZQ-2 o (朱雀二号) y Zhuque 2A, capaces de colocar 4 y 6 toneladas en órbita baja (LEO), respectivamente. El Zhuque 2 debe debutar este año y, por el momento, este lanzador está librando una curiosa «competición» con el microlanzador Terran 1 de Relativity Space y el gigantesco sistema Starship de SpaceX para ver cuál es el primer cohete que usa metano como combustible que alcanza la órbita. En cualquier caso, LandSpace planea llevar a cabo numerosos lanzamientos de su Zhuque desde Jiuquan en los próximos años.




La capacidad que tienen las empresas estatales y privadas chinas de construir centros de lanzamiento en tiempo récord no se deja ver solamente en Jiuquan. En Taiyuan CASC construyó hace poco una rampa específica para el nuevo Larga Marcha CZ-6A, dotada además con un sistema de reducción de las ondas de choque mediante agua (algo común en Estados Unidos y otras potencias espaciales, pero no en China). Del mismo modo, en Taiyuan se están construyendo nuevas instalaciones y en el flamante centro de Wenchang, el más moderno, se ha anunciado la inminente construcción de varias rampas dedicadas a lanzadores privados y alguna más para los lanzadores pesados de la familia CZ-5/7/8. Paradójicamente, el centro de Wenchang, a pesar de ser el más reciente y el mejor situado para lanzamientos a LEO por hallarse en la isla de Hainán, no goza de mucho terreno libre disponible para ampliaciones futuras. Este hecho, sumado a la enorme demanda de lanzamientos del mercado interno chino, hace suponer que al resto de centros espaciales todavía le queda cuerda para rato.
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